Covid-19 y su impacto crítico en grupos demográficos seleccionados: el caso mexicano y su comparativo internacional
Tal vez no sorprenda que la tasa de letalidad de la Covid-19 sea de alrededor de 0.2% en el grupo de edad de 20 a 29 años, mientras que en el grupo de mayores de 80 años pueda alcanzar 20% 1; naturalmente, casi cualquier enfermedad será más letal en población de la tercera edad que en población joven, pero sí nos genera un llamado a analizar la demografía para entender el posible impacto, no sólo en contagios sino en posibles decesos y lo que ello implica para un país.
Distintos estudios han demostrado que la tasa de letalidad2 y severidad de la Covid-19 está vinculada a la edad y enfermedades crónicas de los infectados, a la vez que, por las mismas razones la detección temprana y atención médica inmediata son fundamentales para incrementar las posibilidades de recuperación. Aún cuando los datos se van modificando con base en la región y ventana de tiempo específica, es indudable que el efecto de la Covid-19 es distinto para cada país. El promedio de la tasa de letalidad global de este virus hacia la tercera semana de marzo de 2020 era de alrededor de 3.6%; sin embargo, países como Italia, mostraron una tasa de 6.22% en su medición al 12 de marzo y 9.26% el día 23 del mismo mes3.
Como sabemos, hacia abril, Italia se había posicionado como uno de los epicentros de la pandemia, destacando negativamente no sólo por el número de contagios sino especialmente por el número de decesos, por lo que entender las circunstancias demográficas de este y otros países es muy relevante para prospectar las similitudes o diferencias que puede haber en otros lugares que iniciaron sus procesos de contagio en una temporalidad posterior, como es el caso de México.
Como comentaba previamente, la demografía de cada región es distinta. Por ejemplo, la población de Latinoamérica (incluido México), asciende a aproximadamente 700 millones de habitantes, mientras que la suma de Europa y Estados Unidos es de cerca de 1,200 millones de personas; no obstante, en LATAM solo se estiman 56 millones mayores de 65 años, mientras que en el conglomerado EUA-Europa alcanzan los 200 millones. Es decir, la población mayor de 65 años en LATAM representa 8% del total, pero en Europa y EUA juntos, más del 17%. Este tipo de información es muy relevante cuando se analiza el posible impacto de la Covid-19, especialmente en lo que a decesos se refiere.
Haciendo un comparativo entre algunos países seleccionados y ampliando la edad en cuestión a mayores de 60 años, podemos notar cómo un país europeo como Italia concentra casi 30% de su población en este grupo de edad, mientras que países latinoamericanos como México y Panamá presentan apenas 11.2% y 12.2%, respectivamente. Mientras tanto, entre estos dos extremos encontramos a China y EUA4.
Si la tasa de letalidad de la Covid-19 está vinculada con la edad, este dato es esperanzador para países como México y Latinoamérica en general. De hecho, si este fuera el factor decisivo, podríamos esperar que, en proporción, el efecto de decesos en México pudiera ser una tercera parte de lo que estamos viendo en Italia y 50% de lo que se contabiliza en EUA. En términos generales, sí creo que el factor demográfico jugará a nuestro favor, sin embargo y desafortunadamente, no es el único elemento en la mezcla a considerar.
Igualmente, como se menciona a principio de este texto, las enfermedades crónicas representan la otra cara de la moneda y dentro de ellas, países como México destacan en diabetes como número 1 del mundo, además de padecer obesidad, que se considera factor de riesgo para enfermos crónicos, en donde ostentamos el 2° lugar a nivel global con 32% de la población así etiquetada5, de modo que este es otro factor que no podemos medir aún, pero que puede disminuir el efecto positivo de la demografía previamente mencionada.
Adicionalmente, existen factores demográficos vinculados con usos y costumbres de los países que pueden impactar en la tasa de contagio de personas mayores de 60 años; por ejemplo, el número de personas que viven en los hogares donde habitan los mayores de 60. Como se puede ver en la siguiente gráfica, en un país como Italia, en 25% de los hogares la persona mayor de 60 años vive sola, en 38% solo con su pareja, 19% con pareja e hijos y apenas hay 10% de los hogares en que vive con familia extendida, es decir, familiares adicionales a esposa e hijos. En contraste, en países latinoamericanos como México y Panamá, muy pocas personas mayores de 60 años viven solas (11.1% y 13% respectivamente), pero arriba del 40% en ambos casos, viven con familia extendida6.
Reuniendo información de las dos gráficas anteriores, podemos ver cómo la población mayor de 60 años es mucho más, proporcionalmente hablando, en Italia que en México, pero el contacto de dichas personas con familia extendida en el hogar, naturalmente de menor edad, es mucho mayor en la muestra de los países latinoamericanos. Esto nos deja ver un riesgo muy alto de contagio de la Covid-19 entre jóvenes y adultos mayores, pues la población joven está en constante riesgo de contraer el virus por la necesidad de que desarrolle actividades productivas que, aunque se limiten parcial y temporal, no pueden eliminarse.
Finalmente, y recordando el primer párrafo de este texto, la tasa de letalidad y severidad de la Covid-19, además de estar estrechamente vinculada a edad y enfermedades crónicas, tiene una correlación con la detección temprana y la atención médica, dos factores que tampoco parecen ser positivos en nuestro país.
Si consideramos pruebas para la detección de la Covid-19 y atención hospitalaria, países que hoy parece que realizan un gran trabajo en mantener muy baja la tasa de letalidad como Alemania, destacan en ambos factores; los alemanes están actualmente realizando alrededor de 300 mil pruebas semanales, 3 veces más que los surcoreanos (que ya se destacaban por esa buena práctica), mientras que en México se usa el método centinela basado en un número muestral de pruebas que es muy bajo. En lo que a atención medica se refiere, Alemania cuenta con 8 camas de hospital por cada 1,000 personas, mientras que Italia apenas tiene 3 camas (una de las grandes diferencias en el efecto que hoy sufre Italia versus Alemania), pero en LATAM apenas tenemos 2 camas por cada mil personas7; si a esto sumamos que para efectos del coronavirus actual se requieren camas de terapia intensiva, entonces el número es incluso menor.
A manera de resumen, probablemente en la mayoría de los casos, el factor más importante para prospectar la letalidad de la Covid-19 es la estructura demográfica de los países, categoría que nos presenta datos esperanzadores en México y Latinoamérica.
Sin embargo, las características de los hogares que potencializarán la interacción de los jóvenes con personas de la tercera edad y por lo tanto mayor posibilidad de contagio, la prevalencia de enfermedades crónicas, la falta de pruebas para detectar tempranamente el coronavirus y el déficit en capacidad hospitalaria, mermarán la ventaja demográfica de nuestro país arrojando resultados proporcionalmente menos graves que en países europeos, pero más graves de lo que nuestra demografía debería representar.
Al 15 de abril de 2020, la tasa de letalidad promedio global era de 6.4%, pero la de Italia alcanzaba 12.8%, siendo reflejo de los países europeos que en términos generales muestran tasas arriba de 10%. A la misma fecha, la tasa de letalidad en México era 7.5%, es decir menor a la europea gracias a nuestras características demográficas, pero mayor a la que manejaba EUA (4.1%) o Alemania (2.5%)8, que, con la demografía en contra en términos de envejecimiento, ha manejado muy bien la crisis.
En última instancia, si bien la tasa de contagios será relevante, lo más importante será la tasa de letalidad, pues aún cuando en términos porcentuales el número de decesos que se contabilicen al término de la pandemia pueden ser incluso menores que los decesos regulares de alguna de las enfermedades crónicas, como puede ser la diabetes en México, que padece más del 15% de los adultos y representa más de 100 mil muertes al año9, las defunciones derivadas de la Covid-19 se darán en un entorno de sorpresa, colapso de los sistemas de salud, desesperación de la sociedad, crisis económica, inseguridad y, otras variables que marcarán el 2020 como una tragedia global.
Por todas las razones previamente enunciadas, es importante que la sociedad, respetando la sana distancia, se conserve más unida y solidaria que nunca, pues esta es una contingencia que pasará con el tiempo, se recuperará con trabajo, pero sólo se superará con la subsidiaridad y sentido de comunidad de todos nosotros.
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Notas al pie
1 Coronavirus: case fatality rates by age. OurWorldinData.org
2 Cociente de fallecimientos con relación a las personas que se han contagiado de una enfermedad. Término también conocido como tasa de mortalidad específica o fatality rate en inglés.
3 Morteza Abdullatif Khafaiea & Fakher Rahimb, Cross-Country Comparison of Case Fatality Rates of COVID-19/SARS-COV-2. Osong Public Health Res Perspect. 2020 Apr; 11(2): 74–80. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7104689/
4 Grafica de elaboración propia con datos seleccionados de United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division (2019). Database on the Households and Living Arrangements of Older Persons 2019.
5 Fuente OCDE con datos del 2015 y “Cambios en las dinámicas demográficas globales y la COVID-19”, publicado el día 3 de abril y disponible en https://managementalert.ipade.mx/main/
6 Grafica de elaboración propia con datos seleccionados de United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division (2019). Database on the Households and Living Arrangements of Older Persons 2019.
7 Fuente: BBC con datos del Banco Mundial y Eurostat.
8 Estimaciones realizadas con base en datos publicados en https://gisanddata.maps.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6
9 Fuente: Base de datos de la OCDE al 2015 y datos del INEGI al 2017. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2018/EstSociodemo/DEFUNCIONES2017.pdf