¿Qué leer durante la cuarentena? Parte 2 de 4

¿Qué leer durante la cuarentena? Parte 2 de 4

Decíamos en la entrega pasada que la lectura es un tema personal y cualquier respuesta a por qué leemos es válida. Así que hacer sugerencias genéricas sobre qué leer es harto riesgoso. Pero como estamos en época de alta incertidumbre, necesitamos asumir riesgos… Por lo que me animé a hacer una serie de recomendaciones.

Utilicé dos criterios básicos para las recomendaciones: Libros que hayan tenido un significado importante para mí y que los haya leído (o releído) recientemente. Después del nombre de cada libro explicaré el porqué de la recomendación.

I. Narrativa (cuentos y novelas)

1) El Principito (1999, Dolmen Ediciones) de Antonine de Saint-Exupéry.

Un texto en el que siempre se descubre sabiduría. Procuro releerlo constantemente. En momentos difíciles –la cuarentena lo es y más lo son las crisis asociadas con la coyuntura sanitaria– es muy recomendable leer la obra maestra de Saint-Expupéry.

El hombre de negocios le dice al Principito:

—¡No! Esas pequeñas cosas doradas que hacen soñar a los flojos. Pero yo soy serio. No tengo tiempo para soñar.

Quizá, en esta cuarentena, encontremos tiempo para soñar.

2) El llano en llamas (1994, Fondo de Cultura Económico) de Juan Rulfo.

La obra maestra de la literatura mexicana. La relectura de los cuentos de Rulfo me transportan a un mundo mágico. La belleza narrativa se une con el dolor y la tragedia de sus personajes. Las historias de Rulfo son tan profundas que uno no acaba de digerirlas, te llevan hacia adentro, de los personajes y de uno mismo.  

3) Comedia (2018, Acantilado) de Dante Alighieri, prólogo, comentarios y traducción de José María Micó.

La obra de Dante no sólo es un compendio del conocimiento humano medieval, es la invitación a un camino basado en la razón, la gracia y la fe para alcanzar el Empíreo.

La traducción y guía de José María Micó son fundamentales para disfrutar esta nueva edición. Micó se convierte en el Virgilio del lector para poder avanzar por el infierno y llegar a tierra prometida.

4) El amor en los tiempos del cólera (2015, Editorial Diana) de Gabriel García Márquez.

Una novela exquisita. Una entrañable historia de amor. Los personajes son complejos, con claroscuros, muy humanos… Y obligan a la reflexión personal. Como toda gran obra de arte, transforma al lector.

Una lectura (o relectura) obligada en tiempos de epidemia.

5) El mundo de Sofía: Novela sobre la historia de la filosofía (1994 Siruela) de Jostein Gaarder.

Una historia transporta a las preguntas filosóficas más elementales. Una novela que hace un recorrido sustantivo y comprensible de la filosofía desde los presocráticos hasta Jean-Paul Sartre. 

Fue uno de mis primeros acercamientos con la filosofía hace más de 25 años. Lo he releído varias veces. Cuando Ana Belén, mi hija, cumplió 15 años lo leímos juntos. Me sentía Albert Knag reflexionado con Hilde y con Sofía sobre nuestro papel en el mundo.

6) Cuentos completos/1 (1994, Alfaguara) de Julio Cortázar

Como muchos latinoamericanos de mi generación, pasé gran parte de mi adolescencia leyendo cuetos y literatura fantástica. La relectura de Cortázar me comprueba que no pasa de moda. Al contrario, estos cuentos están más vigentes que nunca.

Dice Vargas Llosa en el prólogo: “En Julio la literatura parecía disolverse en la experiencia cotidiana e impregnar toda la vida, animándola y enriqueciéndola con el fulgor particular sin privarla de savia, de instinto, de espontaneidad. Probablemente ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso”.

En esta cuarentena vale la pena retomar a Cortázar. Si bien, los cuentos de Cortázar no tienen desperdicio, recomendé el volumen 1 porque es ahí donde vienen mis favoritos: Carta a una señorita en París y Cartas de mamá.

7) La elegancia del erizo (2010, Seix Barral) de Muriel Barbery.

Una novela sobre la belleza, la amistad, el arte y el amor. Tres personajes entrañables. Renée, la portera, que llevaba mucho tiempo fingiendo ser una mujer común, pero leía a Tolstoi, escuchaba a Mozart y se deleitaba con la pintura de Vermeer. Paloma, una niña de doce años con un gran sensibilidad e inteligencia que se sublevaba ante la banalidad de su alrededor. Y Kakuro Ozu, un japonés de sesenta años que irradiaba amabilidad.

La belleza, la amistad y el amor nos alejan de la superficialidad que se vive en las grandes ciudades modernas. 

8) La peste (2015, Debolsillo) de Albert Camus.

Me llama la atención las similitudes que hay entre las actitudes de los habitantes de Orán con mucho de lo que estamos viviendo con la pandemia actual. Como bien lo dice el autor: “El viejo tenía razón, los hombre eran siempre los mismos”.

Una novela con personajes ricos que van transformándose conforme transcurre la historia. La narración es exquisita y provoca en el lector muchas reflexiones.

El párrafo final es premonitorio: “… el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, (…) para desgracia y enseñanza de los hombres…”

También dice Camus: “…algo se se aprende en medio de las plagas: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio”.

9) La tregua (1967, Alfa) de Mario Benedetti.

Es una novela de un hombre viudo, cercano a la jubilación, que se enamora de una compañera de trabajo. Está escrita en forma de diario. Benedetti se mete en el personaje y nos hace gozar y sufrir con él. 

La vida le da al personaje “una tregua” para salir de un mundo gris y monótono y descubrir la belleza que hay a su alrededor.  

10) Juan Belmonte, matador de toros (2009, Libros del Asteroide) de Manuel Chaves Nogales.

El libro Chaves Nogales es una obra maestra, una lectura obligatoria para los aficionados a las corridas de toros, pero también para quienes disfrutan de una narrativa excepcional. Intelectuales como Javier Marías, Pérez-Reverte o Díaz Yanes han dicho que es uno de los mejores libros del Siglo XX. La investigadora María Isabel Cintas afirmó que se entendieron a la perfección, que hubo algo que hermanó a Chaves y a Belmonte desde el primer momento.

El caso es que Belmonte contó a Chaves su vida, los avatares de su existencia, y le descubrió los entresijos de su corazón. Y Chaves relató por escrito lo contado, con tal perfección, que no se sabe dónde empieza a hablar uno y acaba el otro.

Es cierto que la obra alcanza esa dimensión porque Belmonte era un personaje real, de carne y hueso. Chaves Nogales lo introduce desde la tercera persona y acaba dejando que sea el propio Belmonte el que cuente toda su vida. “Juan Belmonte –afirma Paco Aguado–tiene un aurea mítica. Eso es gracias a Chaves Nogales, que cuenta sus inicios, esa vida romántica y novelera”

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